domingo, 19 de julio de 2015

¿Por qué odio la escuela pero amo la educación?

Es necesario, como docente, tener conciencia de que escuela y educación no son lo mismo, puesto que la educación se puede dar de diferentes maneras, existen diversos tipos. Entonces a partir de ello resalta que las personas con mayor éxito y conocimiento no tuvieron grandes títulos en grandiosas escuelas, lo cual es una prueba empírica de lo ya mencionado. La sociedad, debido a que posee una organización (es estructurada, sistemática, etc) y la familia debido al mismo motivo, nos colocan límites, bajo la idea de que solo mediante la escuela conseguiremos una buena educación. A mi parecer este ideal, debe alcanzarlo la persona de manera libre, tomando la libertad como un periodo armonioso, es decir que los docentes emplean estrategias obsoletas con las cuales solo conseguimos una inhibición de los caracteres de algunas personas. No solo eso, sino que se inserta en un sistema que lo instruye, más que educarlo, ya que difícilmente le podrá ofrecer lo que realmente necesita, formación y desarrollo de competencias en las áreas que están relacionadas. La educación va a satisfacer de manera integral el desarrollo de los tres aspectos o ámbitos del ser humano: cognitivo, procedimental y afectivo. Entonces no solo se va a centrar en actividades dentro de la escuela, actividades que desarrollen su capacidad de memoria u otros procesos cognitivos, sino que también implicará las experiencias, es decir como actúa o procede e sujeto y que valoraciones realiza en este proceder, respecto a los problemas que se le presenten. Entonces se deduce la necesidad de hacer una escuela que eduque realmente y a conciencia. Una escuela cuyos estudiantes logren desarrollarse en todos los aspectos, simultáneamente, y no uno solamente, o uno u otro en determinado momento. Y se deduce también que la escuela, tal y como es ahora, no resulta tan necesaria para el crecimiento de la sociedad y del ser humano.

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